domingo, 24 de julio de 2011

Disidentes

   
  Ya en los años noventa un grupo numeroso de expertos mundiales en biología molecular, virología, estadística, epidemiología, medicina preventiva, pero también supervivientes del supuesto vih cuestionaban el pensamiento médico convencional sobre SIDA, incluyendo algunas de las más relevantes personalidades de estos campos.
  Dentro de las hipótesis más moderadas se encontraba la del profesor Luc Montagnier, de todos conocido por ser él quien  descubrió "  el virus " de la inmunodeficiencia humana en 1983 ,tras  demostrarse que el Dr. Gallo falsificó sus informes para atribuirse el descubrimiento.
  Su cambio de orientación venía a decir, en resumen, que el virus no es suficiente para explicar el SIDA. Montagnier consideraba que el virus requiere cofactores, como los micoplasmas y afirmaba que estas bacterias habían sido activadas por la terapéutica médica con antibióticos. Es decir, en otras palabras, que el SIDA estaría provocado por la Medicina!!!
  Si se piensa que esta hipótesis ( que se consideraba como de las más moderadas) era muy fuerte, había otras que ponían patas arriba toda la credibilidad del pretendidamente respetable edificio de la Ciencia ortodoxa. Han sido elaboradas por prestigiosos científicos que tuvieron el mérito ( y la desgracia ) de no haberse arrodillado ante las " verdades " oficiales".
  Así , el Dr. Peter Duesberg, catedrático de biología molecular y celular en la Universidad de California, Berkeley, que fué el primero en hacer el mapa de la estructura genética de los retrovirus ( a cuya familia pertenece el denominado Vih )  iba más allá al decir que " el vih no es un nuevo virus, es quizás tan viejo como América", y que " es portado por un número bastante constante de la población y es inofensivo. Está presente en muchos pacientes de SiDA porque la mayoría de ellos tienen otros factores de riesgo en sus vidas."
  Duesberg pensaba ya entonces que la "epidemia" es resultado de una explosión en el uso y abuso de drogas, como la cocaína etc., o medicamentos, como los antibióticos, que dañan el sistema inmunológico. También afirmaba con especial énfasis que la epidemia estaba siendo alimentada además por el uso de drogas antisida, como el AZT " que es tan tóxico que produce los mismos síntomas del SIDA".  Es decir, que el tratamiento propuesto por la medicina ortodoxa  en realidad produce la enfermedad que se supone debería curar. 
  Entre Montagnier y Duesberg se situaban las opiniones de muchos científicos que creían unánimemente que la hipótesis Vih-Sida debería reconsiderarse.

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