A medianoche, en el mes de junio,
permanezco de pie bajo la mítica luna.
Un vapor de opio, como de rocío tenue,
se desprende de su dorado halo,
y, lentamente manando, gota a gota,
sobre la cima de la tranquila montaña,
se desliza soñolienta y musicalmente
hasta el universal valle.
El romero cabecea sobre la tumba;
la lila se inclina sobre la ola;
abrazando la niebla en su pecho
las ruinas se van a dormir.
¿ por qué y qué estás tú soñando aquí?
seguro que vienes de allende lejanos mares,
atraída por este jardín!
¡ Extraña es tu palidez ! ¡ Extraño tu vestido!
El amor mío duerme, puede dormir, prolongadamente,
tan profundamente...
El cielo la ha tomado bajo su sagrada protección.
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