lunes, 21 de marzo de 2011

El destino del hombre es ese grano diminuto de arena

que el viento arrastra ciego;

la ola de la mar que curva el cuerpo

y muere, o pasa y llega hasta la orilla;

es esa llama que, unida con las otras

en la hoguera, no sabemos si ha muerto.

Al vivo le entristece la impotencia

del destino del hombre.

FRANCISCO BRINES

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