El destino del hombre es ese grano diminuto de arena
que el viento arrastra ciego;
la ola de la mar que curva el cuerpo
y muere, o pasa y llega hasta la orilla;
es esa llama que, unida con las otras
en la hoguera, no sabemos si ha muerto.
Al vivo le entristece la impotencia
del destino del hombre.
FRANCISCO BRINES
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