miércoles, 5 de enero de 2011

SIDA: ¿enfermedad a tratar o montaje a desmantelar?

En 1981 los CDC (Centers for Disease Control, es decir, Centros de Control de Enfermedades, con base en Atlanta, Georgia, USA) afirmaron haber detectado un nueva enfermedad inevitablemente mortal contagiosa entre homosexuales.



Había nacido lo que desde 1982 se designó tramposamente como SIDA, pues por primera vez se usaba “síndrome” no como “conjunto de signos y síntomas” cino como “conjunto de enfermedades”. Este mismo año los CDC dijeron que se había convertido en una epidemia y que el germen causante era un virus. Así empezó la carrera para lograr hacer creer que se había encontrado “el virus culpable del SIDA”



El francés Luc Montagnier -investigador del Instituto Pasteur- publicó en 1983 un artículo en la revista Science por el que le dieron el Premio Nobel de Medicina de 2008. En el afirmaba algo que en absoluto demostraba: haber aislado un virus en un “enfermo de SIDA”. Pero concluyó que “había que determinar cuál era su papel en la etiología del sida”.



Fue en una conferencia de prensa celebrada el 23 de abril de 1984 cuando la Ministra de Sanidad de los USA anunció al mundo “un nuevo éxito de la ciencia americana: el Dr. Robert Gallo ha aislado el virus causa del SIDA”. Ahí emergió lo que se sigue llamando VIH/SIDA o “versión oficial del SIDA”.



La aplicación desde 1985 de los llamados “tests del SIDA” disparó el número de afectados, que en cuatro años no había alcanzado ni la decena de miles de “casos de SIDA”.



Además, el estigma “grupo de riesgo”, que primero se extendió de “homosexuales” a “heroinómanos” y a “hemofílicos”, en 1987 fue intencionadamente expandido a “heterosexuales”, con lo que oficialmente se dejó de hablar de “grupos de riesgo”. ¿Para qué, puesto que se había logrado convertir a toda la humanidad en un único gran “grupo de riesgo”?



En este mismo año 1987:

--- los CDC decidieron que “dar positivo al test” TENÍA QUE ser interpretado como “infección por VIH”

--- la FDA (Food and Drug Administration: Administración ) aprobó el primer fármaco oficialmente presentado como “anti-VIH”: el tristemente famoso AZT. Cuando la multinacional precedente de la actual GlaxoSmithKlein empezó a comercializarlo “contra el SIDA” con el nombre “Retrovir”, le quitó la calavera y las tibias cruzadas con que la multinacional Sigma llevaba una veintena de años advirtiendo de su toxicidad al usarlo para desinfectar los fregadores y utensilios de los laboratorios de investigación.

--- aparecieron en revistas científicas los primeros artículos cuestionando la versión oficial del SIDA. Varias corrientes de investigadores afirmaron y siguen afirmando que no hay prueba científica alguna que la apoye.



Una cuestión especialmente importante es la propia existencia del supuesto VIH. En Virología la única manera de corroborar la existencia de un virus es aislarlo, lo cual incluye presentar las correspondientes imágenes obtenidas con microscopio electrónico. Por eso durante años la dirección de la revista DSALUD ha pedido por escrito a las autoridades sanitarias y a muchos de quienes dicen “investigar el virus” esas imágenes (micrografías) sin recibir jamás otra respuesta que el silencio. También se exigieron en distintas ocasiones estas pruebas a los doctores Gallo y Montagnier, pero nunca las entregaron. Luego nadie ha demostrado que el supuesto VIH haya sido aislado.



Y si el proclamado VIH no ha sido aislado, menos se han podido separar y secuenciar sus proteínas. Luego los llamados tests del SIDA” no son otra cosa que un atrapa víctimas puesto que los anticuerpos que detectan en la sangre de la persona testada no pueden sino ser inespecíficos, en contra de lo que afirman los oficialistas. Por ejemplo, están documentadas 68 razones distintas que pueden hacer dar positivo los “tests del SIDA”: tener o haber tenido hepatitis, tuberculosis, gripe, herpes, hemofilia,…; o enfermedades autoinmunes; o haber dado a luz; o recibir transfusiones o trasplantes; o haberse vacunado de la gripe o de la hepatitis B o del tétanos; o incluso… ¡las proteínas del papel de filtro! Y muy probablemente haya más razones no documentadas. Además, los tests se pueden interpretar con criterios distintos de un sitio a otro. De hecho, los propios fabricantes de los tests advierten de que los kits que venden no sirven para “diagnosticar infección por VIH”. La conclusión es que en SIDA la primera práctica de riesgo es hacerse los tests. Y habría que imponer una moratoria inmediata y determinar qué autoridades son responsables de que cada día se apliquen en hospitales públicos y en centros privados estos tests-trampa a miles de personas.

Y si el proclamado VIH no ha sido aislado, tampoco se ha podido separar y secuenciar su información genética, que oficialmente se dice que es de ARN. Luego las técnicas utilizadas para determinar lo que se llama “carga viral” tan sólo son un artefacto tecnológico pues utilizan unas moléculas de arranque (primers) que han sido literalmente inventadas. Lo grave es que esta trampa sofisticada se utiliza en los hospitales para presentar como beneficiosos unos cócteles que en realidad están envenenando a quienes los reciben. Ahora los oficialmente tratados se mueren “con carga viral indetectable”, es decir, víctimas de un supuesto virus que los oficialistas ni siquiera encuentran. De hecho, los propios fabricantes de estos fármacos señalan en sus prospectos que no saben si sirven de algo útil, e incluso los NIH (National Institutes of Health, Institutos Nacionales de Salud) de los USA reconocen en la presentación de todos y cada uno de los supuestos anti-VIH que “No curan ni previenen la infección por el VIH ni el SIDA, ni reducen el riesgo de transmisión del virus a otras personas”.



No les fue nada fácil a los CDC llegar a construir el SIDA tal como hoy se conoce. Tardaron nada menos que catorce años: desde 1981 a 1995. Y ello porque en 1995 tuvo lugar una revolución dentro del propio VIH/SIDA oficial: cambiaron de modelo de VIH, aprobaron los cócteles bajo el lema “golpear rápido, golpear fuerte”, adoptaron la tramposa “carga viral” y pasaron de la mentira “el SIDA es inevitablemente mortal “ al engaño “el SIDA es una enfermedad crónica”. Esta segunda versión del VIH/SIDA sigue vigente.



¿Y qué ocurre con la supuesta “epidemia de SIDA, especialmente terrible en África”? A fines de noviembre de 2007 se redujo en siete millones (de 40 a 33) el número de ‘personas viviendo con VIH/SIDA’ en el mundo. Así las autoridades sanitarias internacionales (OMS y ONUSIDA) reconocieron que las cifras están hinchadísimas. Lo demuestran los informes que explican que África, en vez de haberse despoblado como vaticinaron, actualmente tiene explosión demográfica y baby boom. Y si nadie ha demostrado que el VIH existe, en realidad todas estas cifras son sencillamente falsas.



Para mayor desgracia de los creyentes en el VIH/SIDA, en junio de 2008 salieron a la luz tres documentos que demuestran que el Dr. Gallo mintió en la conferencia de prensa de abril de 1984, y que manipuló los artículos aparecidos el 4 de mayo siguiente en la revista Science y que son considerados los “artículos científicos de referencia” sobre los que se basa todo el VIH/SIDA. ¡Ojalá que el Dr. Gallo intentase refutarlos! DSalud nº 115 me publicó un artículo dando a conocer este fraude por primera vez en español.



Combinar en Internet “SIDA” con “verdad”, “mentira”, “fraude” o “disidentes” abre un mundo (aún mucho mayor en inglés) ocultado a la población. Cualquiera que elimine los pre-juicios y las manipulaciones establecidos desde 1981 y que estudie con rigor el VIH/SIDA, concluye que la versión oficial del SIDA carece de base científica, biológica y real en todas y cada una de sus afirmaciones.



Todo esto y mucho más lleva a formular la siguiente cuestión clave: “Si el SIDA no es lo que oficialmente se dice que es, entonces, ¿qué es el SIDA en realidad?”. Y la respuesta más coherente que surge es que “El SIDA es un montaje puesto en marcha por los CDC en los USA en 1981”. Es decir, “la causa del SIDA” son los CDC, y el único “tratamiento del SIDA” adecuado es desmontarlo.



Denunciar a las autoridades sanitarias y a los médicos por aplicar unos tests y unos fármacos cuyos fabricantes advierten de que no sirven para lo que se usan, e imponer una moratoria inmediata a su utilización; reclamar el cumplimiento a rajatabla del consentimiento informado; presentar a firmar un documento donde el médico acepte las responsabilidades civiles y penales derivadas de cada acto médico que prescribe; exigir indemnizaciones por los daños anímicos, físicos, sociales,…, sufridos; requerir que la dirección de Science retire los fraudulentos artículos del Dr. Gallo; abrir un juicio a dicho Dr. Gallo por perjurio; demandar a la Fundación Nobel que retire el Premio Nobel al Dr. Montagnier; declararse TERRITORIO LIBRE DE SIDA; exigir las distintas responsabilidades (políticas, administrativas, médicas, científicas, empresariales, universitarias, mediáticas,…) del drama que está ocurriendo; lograr el sobreseimiento de todas las acusaciones de haber “infectado el VIH”; etc., son ---todas y cada una de ellas--- acciones concretas para avanzar en el desmantelamiento del montaje SIDA.



Lluís Botinas Barcelona, 10 de octubre de 2010
http://www.plural-21.org/

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