Inventar enfermedades con fines comerciales es una práctica de la industria farmacéuica que está bien documentada.
Ésta consiste en tramar, inventar una nueva enfermedad, y vender la solución.
Es una práctica comercial habitual, una manera de crear nuevos mercados para obtener más ganancias.
De esta forma , se redefinen comportamientos perfectamente normales como si fueran estados patológicos. Por ejemplo, el " trastorno de déficit de atención" que se da en los niños aburridos e inquietos, especialmente en aquellos que preferirían estar entreteniéndose en los juegos al aire libre, se trata con fármacos como si fuera la solución.
Esto no quiere decir que a muchos niños no les cueste concentrarse- puede deberse a que su cerebro ha sido dañado por el conservante mercurial contenido en las vacunas que les han dado ( sin embargo, sus efectos son subclínicos, es decir, los médicos no los detectan fácilmentte porque no son patentes), por el mercurio presente en los empastes dentales, los insecticidas neurotóxicos en la fruta y verdura que consumen, y los edulcorantes en las bebidas gaseosas que beben, que también son neurotóxicos.
si se observa todo esto un poco más de cerca, se puede descubrir que el " Sida" es una de esas invenciones.
A diferencia de las paperas, sarampión o poliomielitis, afecciones específicas perfectamente definidas independientemente de sus causas reales y de las controversias que suscitan, muy poco conocidas, el Sida es una enfermedad por su misma definición, pues se trata de alrededor de 30 enfermedades antiguas que rebautizan con el nombre de Sida cada vez que las supuestas pruebas de anticuerpos ante el Vih muestran una reactividad repetida.
Pero si se observan detenidamente estas pruebas, resulta que son tan específicas como la distancia entre las cejas para determinar si alguien es un criminal latente, una ciencia que en otros tiempos era considerada superior y muy seria.
Dichas pruebas son tan específicas como probar y oler la orina y examinar su color a la luz del sol y de la luna, para así determinar científicamente su peso específico y poder brindar diagnósticos altisonantes e impactantes de tal o cual enfermedad.
Y es así que se genera un mercado de gente aterrada a quienes se crea la necesidad de procurarse la solución que se está pregonando.
Sin embargo, resulta que la solución es un veneno, cuyo efecto varía, puesto que algunas veces actúa rápidamente, mientras que otras veces lo hace lentamente. dependiendo de la reacción individual, tal como ocurre con las mordeduras de las serpientes.
Luego la ola de muertes que se presenta como consecuencia se le atribuye a la nueva peste que se ha inventado.
El clima moral y cultural también ha influído, puesto que nos encontramos ante una reacción cultural por parte de la " Mayoría moral " contra la permisidad abierta de los años sesenta ( la píldora anticonceptiva para las mujeres) y la de los setenta ( homosexual).
De acuerdo con las cifras procedentes del CDC ( centro norteamericano para el control de las enfermedades), en el año en el que el AZT salió al mercado, el índice de mortalidad por "Sida" se mulltiplicó diez veces. Antes del AZT, las muertes se debían predominantemente al consumo y abuso de drogas, malnutrición, antibióticos agresivos y peligrosos como Pentamidina y Septrim, y a varias sustancias quimiterapéuticas mortales utilizadas para el cáncer.
Por lo tanto, cuanto más se mata, más terror se suscita, lo que su vez genera más demanda de mercancía mortal.
Y es así como los grupos de accionistas de las compañías farmacéuticas ganan trillones de dólares.
Debido al clima general generado por esta propaganda histérica, es imposible pensar que el responsable de la "epidemia" sea la mercancía misma, es decir, pruebas inútiles y fármacos mortales.
De ahí que sea " El crimen prefecto".
Tal como sucedía con la sífilis, - pruebas inútiles acompañadas por tratamientos con mercurio y arsénico - al final la estafa se va desvaneciendo, pero la reemplaza otra que sigue esencialmente la misma pauta. Esta pauta fué concebida por algunas religiones mucho tiempo atrás. Se dice a la gente que hayalgo en ellos que no va, y que a menos que paguen sus servicios e interseciones, les aguarda un destino horrendo.
Las catedrales imponentes que se hallan por toda Europa no se hicieron de la nada.
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