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Cuando tiempo y distancia
engañan los recuerdos,
¿Quién lo ignora?, es amargo
volver. Porque interpuesto
Algo está entre los ojos
la imagen primera,
mudando duramente
amor en extrañeza.
Es acaso un espacio
vacío, una luz ida,
ajada en toda cosa
ya la hermosura viva.
Mas volver debe el alma
tal pájaro en otoño,
y aquel dolor pasado
visitar, y aquel gozo.
Nube de una mañana
áurea, rama de púrpura
junto a una tapia, sombra
azul bajo la luna.
Posibles paraísos
o infiernos ya no entiende
el alma sino en tierra.
Por eso el alma quiere,
Cansada de los sueños
y los delirios tristes,
volver a la morada
suya antigua. Y unirse,
Como se une la piedra
al fondo de su agua,
fatal, oscuramente,
con una tierra amada.
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