Huye Tarrío ... Huye x Contra Infos Alacant - El día 2 de enero del año 2005, murió Xosé Tarrio, preso anarquista que luchó contra la cárcel desde dentro de ella, que nos explicó a todos y a todas lo que significa el aislamiento en su libro "Huye, hombre, huye. Diario de un preso FIES" (ed. Virus, 1997 y 2002) y que, ayer, se nos murió.
Reseña del libro de Xosé "Huye, hombre, huye" F.I.E.S. : Aislamiento dentro del aislamiento. Los Departamentos de Régimen Especial F.I.E.S., están distribuidos por la geografía española tras haberse confeccionado "un mapa" político-penitenciario mediante el cual, se divide a los presos catalogados de "extremadamente peligrosos", aglutinándolos por "etiquetas" de tal modo que en una misma prisión, han concentrado a los que consideran potencialmente "ideólogos", en otra los "líderes", y en otra los "soldados", para así aplicar a cada uno de ellos un "tratamiento" especifico... . Estos Departamentos, son estructuras especiales destinadas a impedir cualquier contacto con los otros presos y, sobre todo, a desestabilizar, mediante la aniquilación de cualquier relación humana, el equilibrio psicológico de los allí enterrados en vida. Se puede decir, sin temor a equivoco alguno, que es la peor de las muertes ... . Allí ABAJO, en la muerte en vida, el preso se haya confrontado siempre a un hecho real y objetivo: su ritmo, el de los carceleros, que esta planificado de tal forma que rompa sistemáticamente tu propio ritmo. Esta confrontación de ritmos, termina por provocar en los presos un estrés constante y agresividad. No ven nunca a nadie, la mayor parte del tiempo, una sucesión de horas que, gota a gota se transforman en meses y culminan en años, ni siquiera entre ellos. No hablan jamas con nadie y son espiados constantemente. A causa de esa falta de interrrelación, de comunicación, tienen continuos problemas de concentración, lo que determina que cuando quieren leer o escribir tienen que recomenzar constantemente, porque su pensamiento se deshila. No alcanza nunca la meta de sus reflexiones, se quedan siempre perdidos entre las lineas ... La negación de las relaciones humanas y de lo que podría quedar de relación con la realidad exterior, tiene como fin asesinar su identidad como personas. El aislamiento completo significa las 24 horas del día, con un paseo diario de una o dos horas en jaulas de hormigón a veces con verjas en el techo. Estos paseos son ocasión para que los urgen..., apenas salen de las celdas son cacheados, y mientras permanecen en el patio, cachean también las celdas y las pocas pertenencias que tengan, las cuales son siempre tiradas por el suelo, manchadas y en la mayoría de las veces, rotas. No tienen contacto con nadie, ni con el resto de los presos de otros módulos o galerías, ni entre ellos mismos. Son esposados cada vez que salen de las celdas. Carecen de cualquier vestigio de intimidad, ya que no solo son espiados constantemente, sino que se les "intervienen" las cartas y las comunicaciones, las primeras pasan por un filtro censurador, y las segundas, son escuchadas y gravadas. Carecen de espejos por "medidas de seguridad". Solo pueden tener consigo, una muda de cada prenda de vestir, apenas dos libros, una radio o un televisor con los que poder chantajearlos, pues el verdugo carcelero utiliza todo eso para poder, privándoles de ello, castigarlos. ¿Puede alguien imaginar lo que supone para una persona vivir así las 24 horas del día, mes tras mes, año tras año?. El efecto psicológico es tan devastador, que todos ellos, todos esos seres humanos, padecen procesos psicosomáticos: desordenes hormonales de todo tipo, alteraciones cardiacas, angustias, fobias, enfermedades mentales y físicas... . Todo ahí ABAJO esta concebido para despersonalizarlos y destruirlos. La despersonalización comienza en el momento en que son confinados en esos Departamentos: los despojan de todas sus pertenencias y objetos de valor sentimental que les una a su entorno ecológico natural (anillos y cadenas), la ropa, las fotografías, las cartas... . Los objetos de valor (para ellos material, pero bien saben que para los presos lo son de valor sentimental) alegando que son susceptibles de venta o de que alguien los robe. La pregunta es: ¿a quien y por quien? ¿A quien se los pueden vender o quienes se los pueden robar si no están en contacto con nadie que no sea el carcelero -con quienes dicho sea de paso, nunca tienen contacto físico salvo cuando entran en manadas, provistos de cascos, escudos y porras para cachearlos y torturarlos-?. La ropa, las cartas y las fotografías, alegando que deben ser debidamente cacheadas y estudiada la posibilidad de que las conserven. ¿Cacheadas? ¿Para que?. Cuando ingresan en ese departamento, llegan de otra prisión y cuanto llevan consigo, ya ha sido previamente cacheado y pasado todos los filtros legales. La verdadera razón, esta en que despojándolos de todo objeto que sentimentalmente les una a su anterior vida, les hará perder su vinculo con la sociedad y los convertirán en seres más vulnerables e indefensos. Canjear su propia ropa por un "mono", es el principio del proceso de perdida de identidad que se proponen... .Privarles de poder ver las fotos de sus seres queridos, es querer borrar de su memoria la memoria de sus raíces familiares... . Despojarlos de sus vínculos con el exterior es el asesinato de su ser interior... . El aislamiento queda simbolizado por la prohibición de comunicar, y ellos están aislados, es lo que pretenden: aniquilar, destruir la comprensión en cada uno de ellos, su comprensión. Destrucción de la colectividad, fragilización (ya lo dijo Concepción Arenal: "El hombre aislado se siente débil... y lo es.") aniquilación, todo eso es lo que pretenden imponer. Con el aislamiento, quieren desenraizar al preso, abstraerle de la situación y de la memoria social. Castigarlo y hacerle creer, a través del adoptinamiento, que son ellos los culpables de que se les trate así, de ese modo, que hace que lo hombre se avergüencen de pertenecer a una especie que trata ASÍ a sus iguales. La soledad impuesta hace mella incluso en las piedras, debilita la voluntad más férrea. Convierten la existencia del aislado, en un continuo viajar por el espacio del tiempo. Es imposible hacerlo de otro modo, pues tu espacio físico se reduce a cuatro escasos metros cuadrados de cemento y hierro. Así que estos hombres enterrados en vida, privados de sensaciones sensoriales, pues el tiempo se diluye en una difusa cortina de monotonía y hastío, buscan refugio y consuelo en los recuerdos, en el pasado, que de tanto recorrerlo, de tanto revivirlo, terminan por desgastarlo... . Al no poder expresarse libremente ni siquiera a través de las cartas, ya que al saber que son leídas, se autocensuran, no pueden compartir experiencias con otros seres humanos, de ahí que los presos F.I.E.S. no pueden establecer relaciones duraderas ni estables: quienes las tenían, terminan por ver como paulatinamente se van deteriorando y rompiendo, y quienes no, no pueden entablarlas. Las relaciones de pareja están abocadas a la ruptura, una relación crece de compartir, crece compartiendo. ¿Pero que puede compartir una persona que sabe que sus cartas son minuciosamente leídas por el ojo del carcelero?. Las relaciones de amistad quedan mutiladas por el mismo principio: no hay relación. Ahí ABAJO, están solos. Terriblemente solos, y a merced de estos "cirujanos" del cerebro adiestrados para destruirlos... . Si los seres humanos somos y nos reconocemos en nuestros iguales, y cobramos conciencia social viéndonos los unos a los otros, tan importante es tener conciencia individual, sino más, que colectiva, tener como única referencia de nuestra imagen el reflejo de nuestras facciones en los plásticos que hacen las veces de cristales de las ventanas, o en diminutas planchas de aluminio pulido, es despersonalizador sino criminal: eso significa no poder verse el rostro durante años en un espejo. Los presos sometidos a castración F.I.E.S., no tienen espejos en las celdas. Dicen que es por "medidas de seguridad", pero eso se contradice con el hecho de que puedan tener a su alcance pantallas de vidrio como el de los televisores, o los propios "cristales" de las ventanas. Tampoco pueden almacenar ninguna prenda de vestir, ni libros, ni ningún tipo de objetos que revistan a la celda de calor humano. Dicen que es para facilitar la labor del cacheo que se realiza diariamente, pero lo que subyace detrás de todo ello, no es más que la realidad cruel de querer hacerles sentir LA CÁRCEL en toda su dimensión, habituándoles también a la dependencia de los carceleros: es un hecho, que contra más cosas personales posea una persona en su entorno, menos fría y despersonalizadora se les presentará la situación, por lo que precisamente al privarles de ello, les estarán sometiendo a una tortura añadida. Al tener que recurrir al carcelero para conseguir un pantalón, una muda interior, o un libro, se propicia una dependencia humillante: a veces poco menos que les obligan a mendigar rogándoles, sus propias pertenencias. Para estos hombres, los condenados F.I.E.S., el aislamiento cobra una dimensión que traspasa el horror cotidiano. No solo están limitados y reducidos a la nada, careciendo de intimidad, sino que ademas, viven bajo una tensión constante: siempre planea sobre sus cabezas la amenaza inminente de un asalto inesperado. En cualquier momento, pueden ser asaltados par un simple cacheo, durante el cual, permanecen esposados y desnudos, o para ser conducidos a la enfermería donde se les practicaran placas de Rayos X, también para cambiarlos de celda hecho que se produce sistemáticamente, o tal vez para ser trasladados a otra prisión... . Ello les hace vivir las 24 horas del día inmersos en el miedo. Si el aislamiento es una tortura, no saber cuando termina lo convierte en una doble tortura: cuando una persona sabe el tiempo de duración de su sufrimiento, puede amoldarse a el para sobrevivirlo: ¡Sabe que tiene final! Y sobre todo, sabe cuando será ese final... . Los presos F.I.E.S. nunca saben cuando termina su sufrimiento. Pueden transcurrir años antes de que progresen a una mejor fase (que supondrá no más de una hora extra de patio), sin importar que no hayan incurrido en faltas disciplinarias o su comportamiento hay variado positivamente. todo se reduce a reducirlos a la nada, haciéndoles sentir el castigo en su máxima expresión, para, por un parte anularlos, y por otra, mandar el mensaje "subliminal" aunque inequívoco, al resto de los presos, de que existen esos mataderos de seres humanos al que cualquiera de los que no se sometan puede ir a parar. Someter a una persona a este régimen de vida carcelario, por tiempo indefinido y permitiendo desarrollar los instintos asesinos de los carceleros más reaccionarios sobre ellos, equivale, sin duda alguna, a condenar a muerte a esa persona: - El confinamiento en solitario por periodos largos de tiempo, desarraigan a los seres humanos del proceso de maduración natural mediante el cual crecemos como personas sociales. - Despojarlos de todo aquello que los mantenga vinculados a sus raíces sentimentales y sociales, como la ropa, las medallas, y anillos, así como fotografías y recuerdos, es abstraerlos de la memoria social y crear seres solitarios y sin afectos. - Privarles de la intimidad necesaria tanto en su día a día, como a través de las cartas, de llamadas telefónicas y las comunicaciones, que ya hemos dichos son intervenidas y censuradas, es impedirles un desarrollo censurado de su psique, y abocar todas sus relaciones al deterioro y finalmente a la ruptura, sino impedirles establecerlas. - Mantenerlos inmersos en un ambiente cargado de tensión bajo un estrés constante, es empujarlos a la aniquilación primero psicológica y finalmente, física. .... Fruto de todo ello, solo quedan dos únicos caminos posibles para estas personas: romperse anímicamente y recurrir al suicidio (no olvidemos que ya son más de cinco los presos F.I.E.S. que se han suicidado en esos Departamentos) como única evasión de la cruda y asesina realidad impuesta, o rebelarse y llegar a cometer las mayores atrocidades, por lo que las autoridades penitenciarias, encontraran más justificaciones para perpetuar ese régimen... . No podemos quedarnos con los brazos cruzados ante tanta crueldad y ante tamaño exterminio. No podemos desviar nuestra conciencia hacia otro lado, porque entonces nos estaremos convirtiendo en cómplice de ello: tolerar una injusticia -dijo alguien- es iniciar otra. Debemos doblemente luchar contra ello: por dignidad humana, y por interés propio. Mañana podemos ser cualquiera de nosotros los que ocupemos uno de los nichos F.I.E.S., o nuestros hijos y padres, nuestros hermanos o amigos... . Nadie estará a salvo de las fauces criminales de su régimen hasta que no lo erradiquemos. |
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